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lunes, 26 de junio de 2017

Sin rumbo.

Camino sin rumbo fijo y cada vez siento más peso entre mis piernas,
entre los versos de las letras que gritaba en la mañana,
entre los pies que caminaban hacia una luz obnubilada.
Me quedo sin voz y sin fuerza en las vocales,
 en las sílabas y rimas que soltaba en los portales,
 donde la gente pasaba mirando hacia delante, pues la vida es aquello que ocurre y que pasa mientras cantes.
Cantar es lo que quiero y bailar al ritmo de las estrellas, que me comunican un sinfín de actividades; amar, ver, oler y sonreír, lo que falta, lo que añoro, una sonrisa es mi esbozo.
 De aquella pintura que nunca terminé,
de esos versos que no acabé,
de ese beso que no fue,

de esas piernas que dejaron de correr.

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