Seguidores

domingo, 18 de octubre de 2015

Punto y... coma.

Entramos en invierno y volvemos a lo negro.
Negro dolor, negro tristeza,
o al menos nuestro corazón.
Días de invierno que huelen a recuerdo.
Meses de manta y música,
de llanto y mirada fija,
mirada intensa,
que recita.
Recita cada día que pasamos juntos, 
porque éramos poema,
y a cada verso me hacías más grande,
y a cada letra, más amarte.
Amarte de madrugada,
amarte por la noche y entre sábanas.
Quererte como ejemplo,
buscarte porque quiero.
Quiero volver a esos días,
quiero volver
al triste recuerdo.

Pero todo poema tiene final,
y todo verso acaba, 
como en la vida real.
Podrá haber muchos capítulos,
pero el libro debe cerrarse,
y que llegue el final.
Y nuestro poema podría haber seguido una eternidad más,
pero la gente se habría cansado de leerlo,
y nosotros nos habríamos cansado de querernos.
Así que posiblemente, la opción más razonable,
era acabar este bonito poema, 
poner final a nuestra gran historia.
Pero dolía tanto poner ese punto y final,
que guardé el secreto hasta ahora,
y es que nuestra historia, jamás acabó, 
pues en medio verso quedó,
por si algún día, 
decides volver, poner una coma, y el tiempo, ya decidirá después.

sábado, 10 de octubre de 2015

Sigo queriéndote.

Escribo estas palabras llorando.
Con lágrimas cayendo sobre mis mejillas,
esas mejillas que se sonrojaban cuando me mirabas y me sonreías.
Cuando bajaba la cabeza, volvía a mirarte y te decía te quiero con los ojos.
Cuando me abrazabas y me hacías perder la razón. Me hacías olvidar todos y cada uno de mis problemas. 
Cuando me besabas y yo sonreía.
Cuando me recordabas lo bonita que era, cuando me hacías sonreír como a una tonta.
Nunca pensé que diría esto pero, te echo de menos.
Tu olor, tu mirada, todo
Echo de menos llegar a casa oliendo a ti, ahora sólo es un recuerdo.
Echo de menos cuando te gustaba picarme, me enfadaba y me sonreías, y joder, volvía a caer
Caía en tus garras, me atrapabas, no había Dios que me sacara de allí. Y tampoco quería, porque tú me hacías sentir viva.
Era feliz estando entre tus brazos, era feliz mirándote a los ojos, era feliz cuando me dabas la mano y me decías pequeña.
Era feliz a tu lado.
Y te dejé ir. Sabiendo que me arrepentiría pero te dejé ir. Y ni yo sé por qué. Pero todo acabó. Por mi culpa. Por mi puta culpa. Por no saber quererte, por no saber dejar de sentir miedo. 
Y lo siento. Lo siento por mí. Por ser tan tonta.
Lo siento, porque ahora sólo queda tu recuerdo destrozando mis días, mis noches, cada segundo de mi vida. 
Por más que lo intente no puedo dejar de pensar en ti. Todo me recuerda a ti.
Te quiero. Te quiero y me duele pero debo reconocer que te quiero como nunca había querido a nadie, y nunca he dejado de hacerlo, siempre te he querido pero no he sabido reconocerlo y ahora que estás lejos me hundo en el olvido, en tu olvido, en lo olvidada que me tendrás ya, mientras yo lloro por ti. 
¿Me echará de menos?, me lo pregunto tantas veces. 
Y tengo miedo. Miedo de la respuesta. Porque ya la sé. Y es un no, no me echas de menos, me has olvidado y mi tren ya ha pasado.
Es demasiado tarde para lamentos pero es que, mi vida, yo no puedo dejar de hacerlo.
De lamentar tu ida, de echarte de menos; te quiero.
Ojalá pudiera volver a abrazarte. 
Ojalá pudiera besarte, o por lo menos volver a hacerme sentir bonita como solo tú conseguías.
Te quiero porque me hacías temblar sólo con decir mi nombre.
Porque nadie había conseguido algo así antes y entonces llegaste tú y rompiste mis esquemas. 
Creía ser de hielo, dura y fría pero tú me hiciste derretirme. Rendirme a ti, y ser quien realmente soy. Perdón, era. 
Ahora sólo soy una chica triste y con el corazón roto. Y lo peor de todo es que fue mi culpa que se rompiera y cada trozo que queda de él me lo recuerda. Y es lo que me jode. Que fuera tan tonta. 
Si algún día llegas a leerme, amor mío, quiero que sepas que jamás me olvidé de ti. Que me has marcado de por vida y nunca te he dejado de querer. Porque cómo voy a dejar de querer a la persona que me hizo confiar en mí, como voy a dejar de querer a la persona que más me valoró, como voy a dejar de querer a la persona... que me hizo feliz.

¿Por qué?

¿Por qué le tenemos miedo a la oscuridad?, nos da miedo la oscuridad por los ruidos, espíritus o fantasmas que puedan llegar a existir, ¿y por qué no les tememos a la luz del día?, es sarcástico, por la noche no les veremos (porque no hay luz, por si alguno no lo había entendido) y es cuando más miedo les tenemos, y por el día, cuando, si llegaran a existir, es cuando podríamos verlos, es cuando menos tenemos miedo.
¿Nunca lo habíais pensado de esa manera?, habrá muchos que puedan decir que es peor en la oscuridad porque no sabes a qué te enfrentas. Y posiblemente todos aquellos que piensan así luego no querrán afrontar los problemas de frente, o preferirán vivir en la ignorancia.
Es gracioso como nuestra mente elige en qué momento debes saber a qué te enfrentas, y en qué momento debes esconder la cabeza.
¿Que si tiene sentido todo lo que estoy diciendo?, pues no mucho, pero mi moraleja es simple:
Si algo muy temido para muchos, como por ejemplo los fantasmas, no son capaces de tener miedo con luz, que si lo piensas, sería lo mas lógico, tú, eres capaz de afrontar todo lo que te venga encima, es cuestión de cabeza, de controlar tu mente, de, digamos, engañarla. Podrás conseguir todo lo que tú quieras conseguir, y podrás superar tus miedos si realmente quieres superarlos.
———————————————————————
Me gustaría avisaros de que seguramente me cree otro Blog para escribir una novela. Ya tengo toda la idea montada y creo que va a ser bastante interesante. Si me dejarais algún comentario en esta entrada o me dijerais, ya por Twitter o por donde fuera, qué os parece la idea y si la leeríais, os estaría muy agradecida. Os quiero muchísimo, mis lectores.