Seguidores

martes, 19 de abril de 2016

Tengo miedo.

Tengo miedo de quedarme sin aire.

Tengo miedo de quedarme sin oxígeno.

Tengo miedo de quedarme vacía.

Tengo miedo de quedarme sola.

Tengo miedo de  no saber qué hacer.

Tengo miedo de no encontrar la salida, o tal vez la entrada.

Tengo miedo de no saber empezar.

Tengo miedo.


Tengo miedo de todo lo que me rodea.

Tengo miedo de mí.

Tengo miedo de caer.

Tengo miedo de irme, de no volver.

Tengo miedo de no poder.

Tengo miedo de no luchar.

Tengo miedo de dejarme vencer.

Tengo miedo de no conseguir lo que quiero.

Tengo miedo.


Tengo miedo a mis seres queridos,
porque tengo miedo de que se vayan.

Tengo miedo de mis amigos,
porque tengo miedo de que me dejen.

Tengo miedo del miedo y del terror.

Tengo miedo de no encontrarlo,
el amor, de no sentirlo…
de no tenerlo.

Tengo miedo de quedarme sin ideas.

Tengo miedo de absolutamente todo.

Tengo miedo pero arriesgo.

Arriesgo viviendo.

Enfrentándome a mis miedos.

Tengo miedo pero vivo.

Vivo con miedo cada día.

Vivo emocionada.

Vivo, vivo y lucho.

Y tú, ¿tienes miedo de algo?

Si yo puedo vivir, tú puedes vivir.

Vivir CON miedo es de humanos,
pero, vivir JUNTO al miedo es de valientes,

y yo creo que TODOS tenemos algo de valentía en nosotros mismos.

Vive, porque puedes.

domingo, 3 de abril de 2016

No sabes lo agradecida que estoy por nuestro pequeño infinito

Estoy comiendo palomitas tumbada en la cama y escuchando esa canción que te hace llorar.
Creo que es la sensación más cercana a cuando estaba con él. Tranquila, segura. Me sentía bien y nadie podía romperme. Nadie me podía destruir porque él me hacía feliz, construía un escudo para mí sin darse cuenta, con su sonrisa me protegía de todos aquellos que intentaran hacerme daño y con su mirada me hacía volar. Y puede que yo no fuera suficiente para él, pero me creía cada cosa que me decía y me hacía quererme. Era lo mejor que tenía y lo mejor que podría haberme pasado, y como dice mi protagonista favorita de mi película favorita, gracias por esa eternidad en estos días contados, mi amor. Y no escribiré más, no, aquí acaba, pues no hay palabras que puedan describir lo que me hiciste sentir en cada uno de los días que pasamos juntos.

Y aunque ya no estés y te hayas ido estoy orgullosa de decir que te tuve y de que, algún día, tarde o temprano, te superaré, pero hasta ahora, quiero seguir escribiéndote porque creo que es lo único que me mantiene viva.

¡¿Cómo?!

Le echo de menos, y por mucho que intento separarle de mi mente, se aferra a las paredes que ahora nos separan. Esos muros que un día rompí y que hoy ya no puedo reconstruir.
No consigo aceptar su ida. Su adiós. Se fue, se marchó. No puedo aceptar un día sin sus besos, una noche sin su aliento. Una tarde sin su abrazo, sin su sonrisa y sin sus ojos, no puedo aceptar que esto ha acabado, no puedo aceptar que ha terminado. Y lo intento.
Pero ha cada intento me duele más el alma y mi cabeza me da vueltas, se pregunta por qué y mi corazón responde: ¡¡por tu culpa!! Y lloro y grito y me caigo. Me quedo en el suelo y después recapacito. Yo he acabado con esto y yo podré reconstruirlo.- me digo. Y luego vuelvo a recapacitar y digo, ¡pobre ingenua!
Esto ya es cosa del pasado, pero cada momento con él se me quedó marcado, y se me pone delante cada vez que paso por aquellas calles, y lo veo en lugares en los que jamás él podría estar, y se mete en mis sueños y me ilusiona, y luego despierto y vuelvo a recordar que se ha ido, que jamás volveré a tenerle a mi lado.
Y querido amor, querido pero triste amor, ¿cómo puedo yo olvidarme de aquella persona que lo fue todo para mí?, ¿cómo puedo hacer que se marche de mi mente, que se separe de mi lado y deje de recordarme que fue todo mi culpa?, ¿cómo…? ¡¿CÓMO?!


Me desespero, le anhelo… no puedo con este dolor en el pecho que me empuja al abismo, aquel donde yo estaba y de donde él me sacó, y, qué caprichosa la vida, que me vuelve a poner de puntillas sobre él para que sea yo, sola, quien decida si tirarme o esperar a mi siguiente ángel.