Seguidores

sábado, 10 de octubre de 2015

Sigo queriéndote.

Escribo estas palabras llorando.
Con lágrimas cayendo sobre mis mejillas,
esas mejillas que se sonrojaban cuando me mirabas y me sonreías.
Cuando bajaba la cabeza, volvía a mirarte y te decía te quiero con los ojos.
Cuando me abrazabas y me hacías perder la razón. Me hacías olvidar todos y cada uno de mis problemas. 
Cuando me besabas y yo sonreía.
Cuando me recordabas lo bonita que era, cuando me hacías sonreír como a una tonta.
Nunca pensé que diría esto pero, te echo de menos.
Tu olor, tu mirada, todo
Echo de menos llegar a casa oliendo a ti, ahora sólo es un recuerdo.
Echo de menos cuando te gustaba picarme, me enfadaba y me sonreías, y joder, volvía a caer
Caía en tus garras, me atrapabas, no había Dios que me sacara de allí. Y tampoco quería, porque tú me hacías sentir viva.
Era feliz estando entre tus brazos, era feliz mirándote a los ojos, era feliz cuando me dabas la mano y me decías pequeña.
Era feliz a tu lado.
Y te dejé ir. Sabiendo que me arrepentiría pero te dejé ir. Y ni yo sé por qué. Pero todo acabó. Por mi culpa. Por mi puta culpa. Por no saber quererte, por no saber dejar de sentir miedo. 
Y lo siento. Lo siento por mí. Por ser tan tonta.
Lo siento, porque ahora sólo queda tu recuerdo destrozando mis días, mis noches, cada segundo de mi vida. 
Por más que lo intente no puedo dejar de pensar en ti. Todo me recuerda a ti.
Te quiero. Te quiero y me duele pero debo reconocer que te quiero como nunca había querido a nadie, y nunca he dejado de hacerlo, siempre te he querido pero no he sabido reconocerlo y ahora que estás lejos me hundo en el olvido, en tu olvido, en lo olvidada que me tendrás ya, mientras yo lloro por ti. 
¿Me echará de menos?, me lo pregunto tantas veces. 
Y tengo miedo. Miedo de la respuesta. Porque ya la sé. Y es un no, no me echas de menos, me has olvidado y mi tren ya ha pasado.
Es demasiado tarde para lamentos pero es que, mi vida, yo no puedo dejar de hacerlo.
De lamentar tu ida, de echarte de menos; te quiero.
Ojalá pudiera volver a abrazarte. 
Ojalá pudiera besarte, o por lo menos volver a hacerme sentir bonita como solo tú conseguías.
Te quiero porque me hacías temblar sólo con decir mi nombre.
Porque nadie había conseguido algo así antes y entonces llegaste tú y rompiste mis esquemas. 
Creía ser de hielo, dura y fría pero tú me hiciste derretirme. Rendirme a ti, y ser quien realmente soy. Perdón, era. 
Ahora sólo soy una chica triste y con el corazón roto. Y lo peor de todo es que fue mi culpa que se rompiera y cada trozo que queda de él me lo recuerda. Y es lo que me jode. Que fuera tan tonta. 
Si algún día llegas a leerme, amor mío, quiero que sepas que jamás me olvidé de ti. Que me has marcado de por vida y nunca te he dejado de querer. Porque cómo voy a dejar de querer a la persona que me hizo confiar en mí, como voy a dejar de querer a la persona que más me valoró, como voy a dejar de querer a la persona... que me hizo feliz.

4 comentarios: