Seguidores

domingo, 28 de febrero de 2016

Lo único que a todo el mundo debería importarle.

Cada vez más perdida, más hundida. Cada vez adentrándose más en ese gran agujero, en ese pozo o como quieras llamarlo. Algunos lo llaman vida. Pero para mí vivir es ser libre, es ser feliz. Y no, yo no soy feliz. No soy libre ni abro mis alas al mundo para poder enseñar como soy. Simplemente me encierro en mí misma y dejo que la gente me odie por aparentar ser lo que todo el mundo odia, por el hecho de que nadie es así de verdad. Una persona con autoestima, comiéndose el mundo, feliz. Pero nadie lo es. Nadie es feliz. Todos aparentan ser cosas que no son, tapaderas que el ser humano se va poniendo para no salir herido de esta lucha, de esta batalla que jamás acaba. Un caparazón como escudo para no ser atacado. Vestirse de negro o ponerse lo menos vistoso. Alejarse, esconderse de la sociedad, andar por la vida sin ser visto, sin ser juzgado. Es lo que intento día a día. Poder salir viva de aquí, sin un rasguño que me cambie la personalidad, sin nada que me aleje de lo que soy. No quiero cambiar, no quiero gustar a nadie, simplemente quiero sobrevivir, subsistir. Seguir aquí, a pesar de todo, luchar, navegar cuando lloro, y viajar por mis problemas, llegar a mi destino, a mi meta. Es lo único que me importa, y, de verdad, creo que es lo que a todo el mundo debería importarle. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario